lunes, 28 de marzo de 2011

El rapto de Europa

 


1. pordioserias
Uma se acercó moviendo ese culo hecho para restregarse, se apoyó en la mesa, me miro la entrepierna dolorida por la erección y me dió un sobre. La lengua pasó por mi oreja, barbilla, boca cerrada, abierta, agrietada, deseosa y se metió dentro como una culebra en un agujero. sus pechos, redondos, terminados en dos pezones que parecian garfios bamboleaban y yo muerto me corría en los pantalones.
La conocí cuando pilló a René, comiendome los pies en la tumbona de la piscina mientras sus manos jugueteaban con mi entrepierna dentro del bañador. René es su marido y tiene 30 años, veinte menos que ella.
En el sobre había una invitación a la próxima exposición de arte contemporaneo en su casa-galería.
Acudí con la ilusión puesta en un fin de fiesta ,los tres en la sauna, sudando, tocando, follandonos los agujeros, sintiendo el gusto salado del sudor del otro.
Al entrar mi mirada topó con un Tom de Finlandia de 2.5x2.5m, sólo en la entrada iluminado por todas las luces de la habitación que hacía las veces de recepción y recibidor. El impacto fué tremendo. Un maromo de dos metros agarraba fuertemente a un marinero no menos musculado, todo mojado, pués le había salvado de ahogarse en el mar. Los dos maromo y marinero, con todos los musculos marcados y con unos paquetorros que hacían que mi pantalón fuese de repente más estrecho. Me conmocionó tanto que no me aparte de aquella habitación en toda la velada. Cuando el último invitado se marchó, me invitaron a su cuarto, y me negué, me invitarón a marcharme y tampoco lo hice, al final vencidos, me trajeron un colchón para follar los tres en el recibidor, me desnudaron pero no consiguieron que apartara la mirada de aquel paquete de lapiz de 0.5 metros al cuadrado.

1.1. Las corridas
Después de esa noche funesta. Uma y René decidieron sacar partido de la situación. Me ataron a un gancho de la pared con una cadena y me dieron de comer galletas en un bol situado a la derecha del colchon (a la izquierda situaron un orinal).
La exposición era un éxito. La revista "arte y saunas" publicó un articulo sobre ella mencionando la novedosa instalación del animal humanizado, todo el mundo quería ver la nueva obra de arte de Uma, la implicación de la autora en lo absurdo de lo humano y la cambiante sociedad de principios del siglo. Antonio Gala escribió unos versos sobre mí que decian: "Troylo y tú dos seres humanos con argollas en las manos", Bigas luna escribió un guión que trataba de un humano (mitad perro, mitad travestí) que aullaba a unos genitales flotantes que venían del subsuelo de Metropolis y Nieves Herrero hizo una colecta para que me compraran un Armani ( esta nunca se entera de una mierda).
Yo seguia obsesionado por aquel toraco enorne al que no dejaba de lamer y que me provocaba espasnos sexuales y corridas varias

1.1.1. Mis derechos
Uma, vestida de Sybila, con un escote hasta el ombligo, estaba apoyada en el marco de la puerta con un whisky en la mano (Chivvies con muchos diamantes -como Jessica Pond-) sonriendo. René hacía una hora que había salido a correr con su sudadera de Cambridge, después de vaciar el orinal y darme pienso para conejos. La oxigenada artista, dejando el vaso en el suelo, se acerco a mí susurando en burgalés. Me decía lo increiblemente bién que iba el negocio y lo dura que tenía mi polla para no ser más que un fidodido sucío en un colchon de metronoventa. En aquel instante una piedra atravesó la cristalera de la exposicón central, obligando a Uma a correr hacia allí. Hacía días que frente a la casa se manifestaban cientos de personas en contra de mi cautiverio-artistico, y no era una sóla eran varias asociaciones que se habían unido en una causa común, a saber: Los derechos de los animales, los derechos del hombre, los derechos del televidente, los derechos......joder a mí nadíe me había preguntado por mis derechos.., a la cabeza de todo estaba la asociación de los derechos homosexuales y la asociación pro-vida cogidas de la mano por un bien común (hacerse notar y sacar tajada, también, del mundo artistico). Ya podía sentirme persona, animal, feto, maricón y lo que es peor televidente.

1.1.2. De como Mailer es perjudicial para la salud
Desperté con un tacon de aguja en mi boca, mientras mi polla era succionada con fruición. No podia hacer otra cosa que chupar y chupar, aquel tacón de piel era sabroso, tenía vida, experiencia, sabor a donlimpio y baldosa. El dedo gordo me penetraba con fúria, rabia acumulada y la uña me desgarraba la piel (ya no era de nenuco). En uno de esos arrebatos de fuerza, giré la cabeza y ví en el suelo el cuerpo decapitado de Uma (o era de Jessica Pond?, mi mente no sabía discernir Mailer de la realidad desde que el Francés obsequio a sus aduladores con su arbol-coño, su ciudad-estado, su literatura post-nuclear americana). Asustado, creyendo que era poseido por Uma no podía creer que su cabeza no era la que me felacionaba en esos momentos. Quité el zapato del pié y fuí siguiendo la pierna, rodillas arriba empece a atisbar, el conocido prepucio, los colgantes huevos del succionador. Este al verse descubierto me mordió y los gritos de angustia se fundieron en uno sólo, se levantó con las manos arriba como si le apuntara con un arma y empezó a darme patadas, yo no sabía si lloraba de placer, de dolor o de angustía al ver la cabeza de Uma sobre la repisa de la blanca chimenea, cubierta de carreteras rojas. Me erguí y escupí a René que en ese momento reía, como un mal payaso con el cuchillo jamonero en una mano y su polla flácida en la otra.

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