miércoles, 23 de febrero de 2011

Jacob, yo y otras patatas.

 


Soy japonés. Me gusta ir a la avenida y meterme en al almacen. Allí al lado del expositor blanco de braguitas usadas, veo las cajas, las fotos de sus dueñas llevandolas, la variación de precios (si las han llevado más de una vez, según la talla, según la edad...). Deliciosa ensoñacion, delicioso pais de fetichismos.
En la primera planta, estan las muñecas hinchables, todos lo tamaños, colores, vestidas o desnudas, con esa boca redonda y ese coño rasurado y rosa, que yo sepa no se venden muñecas usadas con fotos de sus dueños tirandoselas una o dos veces. Delicioso plástico, delicioso país de depravación.
Pequeño país creador de electronica, muñecas a tu media, con tus gustos, con el sexo a tu gusto, con el movimiento justo, oleaje suave o lujuria salvaje.Deliciosa compañia, delicioso país de mastrubacion electronica.
Satisfaciendo todas mis fantasias acudo al patio de un colegio mayor de chicas.Muchachas de 20 años, con dos trencitas, y vestidas con uniforme, minifaldita rodillera, ah!!! braguitas blancas de nena en cuerpos de mujer. Delicioso correrse en el pantalon al verlas agacharse a recoger piedras, Delicioso país que tiene una docencia tan acorde.
Llegar al club y ver a las putas, grandes tetazas en cuerpos perfectos, en el centro, en ese ruedo de corridas y estertores, como se van quitando los sostenes de cuero, como no les afecta la gravedad, como si fueras un dibujo hentai, sinuosas. Deliciosas leyes que permiten el desenfreno de las miradas.
Empieza la fiesta en la Base(base aerea americana), niñas, indolentes adolescentes, escolares de 20, muñecas de latex, robot de ficciones, putas......borracho de vino barato, embriagado de chochos de colores, rasurados, mordidos, de tobillos con pulseras, tirado en el sofá fumando el ultimo peta, veo como todo rueda alrededor, veo a Jacob sacar su polla de acero del coñete de Jill, pequeña viciosa de apenas 18 y siento como la mete en mi culo, me abre, me destroza, la siento en la boca del estomago, sudo, lloro, me retuerzo, sangro y la sangre se mezcla con el semen, extraña salsa roja que remuevo tirado en el sofá cuando todos se han ido.
Delicioso país que permite todas las fantasías, todos los fetichismos, pero si eres julandrón, solo te pueden dar polculo.

3 comentarios:

  1. Me quedo con todas las viñetas, mejor, con cada una de las tiras, y, por supuesto, con el ácido lamento final.

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  2. Incoherencias entre bambalinas..., la realidad se impone tras el recorrido de sucedáneos momentáneos. Son tan efímeros...,pero qué sería de nosotros si sólo nos dieran polculo.

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  3. Seguro que hay otros placeres sólo que habrá que rebuscar dentro del armario... Barzo.

    (..cachis! ¿ya se le ha ocurrido a otro lo de vender braguitas usadas?)

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