Como la cerilla que gracias a una determinada posicion, consigue consumirse entera. Pido servir a la patria de las costumbres. Pido ser un semidios, un derruido de banderas, estandartes triangulares. Grandes y hermosos atletas, escaleras de hormigon llenas de libros abiertos, que aplauden moviendo las paginas y ratones en fila india esperando un fin sin entrever un principio. Como el juego de contruccion de madera desplazado por el tiempo (koha) sin perder el color de los arcos, triangulos y bloques, vencido por metalicos artilugios de cilindros y esferas. Como un jersey de color gris con capucha, cuya goma cede lugar al espacio de unos pectorales de gim, pezones eternamente erectos gracias al abuso de dedos, bocas y lenguas. Como un destructor de papeles atascado con el plastico de una contraportada imposible. Sentir las miradas de los transeuntes cuando me escapo por el agujero de la zapa, dedo meñique de pie izquierdo. Pido ser uña que rasque. Pido ser articulacion atrofiada por la falta de uso. Pido usar el estante superior de la biblioteca, en donde se almacenan el polvo y las materias, la subordinacion de las antiguas letras.
Por pedir que no quede...por cierto ¿a quién pides? (me suena habertelo preguntado antes, no sé)
ResponderEliminarMe esfuerzo por escribir algo apropiado pero..., el "por pedir que no quede..." me ronda los sesos. De cualquier modo, exceptuando lo de la cerilla y los pezones, se te va a dar poco, puede que la subordinación de las antiguas letras.
ResponderEliminarSaludos de Paul Faraday.