sábado, 15 de enero de 2011

04.10.10 (de golpe, la realidad) -deidad gran danes-

 

abro el formidable "Festin..." publicado por Nordica y ya en la tercera frase me encuentro pensando en otra cosa, la frase dice "...el pequeño pueblecito de Berlevaag parece de juguete, una construccion de pequeños tacos de madera pintados de gris, amarillo, rosa y muchos otros colores..." la mente rebelada viaja a los confines de una carta, escrita por un antepasado de mi amigo Xabier en la que narra las desventuras del primer dia de cuarentena en un campamento de barracas que llaman el Lazareto, la frescura con la que la baronesa nos recrea la vida amorosa de las dos hermanas se ajusta a la perfeccion a la ligereza con la que Xabier nos narra la simpar dama argentina, cantarina y pizpireta
en estas estaba al volver de la oficina de correos (que diferente a la que recrea Vila-Matas en su "Dietario..." de la rue Littré) cuando vi un anciano de rasgos arabes con unos ochenta años surcandole la cara, literalmente dentro de un contenedor verde, delante del cual habia aparcado un carrito de compra. de su mano derecha asomaba una bolsa de fruta podrida y con la izquierda admiraba una bombilla rota.

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