la vida engendra algo que asciende hacia los techos

 

del cielo mediocre emergia la enhiesta
te veo iluminado
por la luz de los rectangulos
desde mi silla perdido en las dobladuras del lienzo
que dibuja fieras sobre tu pantorrilla pixelada
recordando la voz de tu entrepierna

se agita tu cuerpo y se me antoja una estrella
me levanto sin ruido y me acerco
a dibujar tu silueta mojando dos pinceles
de saliva en la paleta de mi ombligo
de tus labios salen gemidos de tus brazos a-brazos
de tus ojos suspiros al acoplarte a mi sustancia
con las piernas abiertas

al poeta de Artaud le crecia la melena
viendo pasar la vida por el pensamiento
y al re-leerlo recuerdo un patio andaluz lleno de flores muertas
y al poeta en la cama y a los pies de la silla las perneras arrugadas
tirados al suelo condones sin vergas
re-cuerdo
recuerdo