sábado, 29 de enero de 2011

a que huelen las perdidas? indasec para el alma

 

llorando en la esquina del callejón, borracho, acompañado de cucarachas.
¿Cómo había ido a parar ahí? ¿Cómo había aparcado mi vida de ese modo? Mujer, dos hijos y una niñera. La hija de puta cómo se movía, cómo me pajeaba y esa lengua que me repasaba el ojete, y ese novio que me clavaba su rabo hasta los huevos y me follaba y me perforó con un lápiz de carpintero el meatus jodiéndome toda la uretra. Lo peor de todo no era la pérdida de mis propiedades, ni de mi familia, ni siquiera del niñero y la niñera, lo peor era tener que usar cada día compresas con alas.

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