sin salida al mar. La Stampa 20 de septiembre

 

dejame ver el cielo azalea los tonos cercanos al tiempo azul que precede a la noche las ganas dormidas de garras y manos las vidas futuras metalicos ascensores transparentes que suben y bajan ancianos enanos

dejame ver el suelo lejano de baldosas amarillas iluminadas por dioses con gafas redondas de oro elastico quevedos toquiatas de siglos pasados acercame la caña a la boca para aspirar sentimientos cinefilos cinegeticos casos donde el arma es la lengua partida en dos

sin ser gusano te arrastras

abreme la puerta hechame de dentro hacia afuera tirame piedras que hagan que me arrastre y me convierta cubierto de cubiertas indecentes indefensas arterias ratas porros putas ancas de ancianas renuncias y comadrejas

dejame ver el cielo ya oscuro azul noche entierro en los tejados y azoteas y que sufra al fin el colapso de ver mi cuerpo caer abismos de libertad abismos de muerte